En el mundo ficticio que creó Akira Toriyama para Dragón Ball existe la Capsule Corp, la empresa más grande y poderosa de ese planeta imaginario.
A cuatro décadas de la aparición de Dragón Ball, Capsule Corp ya no es una fantasía, sino una empresa real que gestiona la marca de esta franquicia: series de televisión, películas, merchandise, etcétera.
Pero lo que en un principio parecía una buena idea, la muerte de Toriyama en marzo de este año desencadenó una disputa por la propiedad de una historia que a lo largo de estas cuatro décadas ha facturado alrededor de 27 mil millones de dólares.
La mina de oro
El éxito de Dragon Ball Super rebasó fronteras. Gracias al internet y a los servicios de streaming millones de personas pudieron ver casi al mismo tiempo que en Japón la serie, en especial el Torneo de la Fuerza.
Incluso, en México presidentes municipales de los estados de Chihuahua, Tamaulipas, Querétaro, Sonora, San Luis Potosí e Hidalgo en México prometieron proyectar el final de dicho Torneo en plazas públicas, lo que provocó un conflicto legal con Toei Animation (productora de la serie) por los derechos de autor.
Esa fue una muestra del poder de convocatoria de la serie a nivel mundial, por lo que las producciones audiovisuales (películas, series de televisión y videojuegos) seguían recibiendo luz verde.
A cuatro décadas de la aparición de Dragón Ball, Capsule Corp ya no es una fantasía, sino una empresa real que gestiona la marca de esta franquicia: series de televisión, películas, merchandise
Es por eso que el 19 de mayo de 2023 se hace el anuncio oficial: bajo la dirección de Akira Toriyama y Akio Iyuku (productor de la serie) nace Capsule Corporation Tokio, para manejar la propiedad intelectual de Dragon Ball.
Con esta empresa, se garantizaba la continuidad de la franquicia por lo menos los próximos 10 años en diferentes medios, además de un control de toda la mercancía que emana del mundo de Gokú.
En occidente, el modelo tradicional de negocios de los personajes de ficción establece que una empresa es dueña de todos los derechos. Por ejemplo, Marvel es dueña de los cómics, series animadas, videojuegos y demás de Spider-man, y si no tiene los derechos de la pantalla grande es porque los vendió.
En el caso de Japón es diferente, ya que los derechos de una serie normalmente están divididos entre un grupo de inversionistas y el autor. Así, Shueisha es dueña de los mangas, Toei de las animaciones y Toriyama del personaje. Un enredo legal que bien manejado no trae problemas, a menos que…
En el caso de Dragon Ball, los problemas comenzaron el 1 de marzo pasado, cuando el mundo se enteró del fallecimiento de Akira Toriyama.
Dragon Ball ha vendido alrededor de 160 millones de mangas en estos 40 años
“A raíz de la muerte de Akira Toriyama hace algunos meses este futuro se vuelve un tanto incierto porque la idea era acumular o saber cómo se iban a distribuir (el dinero que genera la franquicia), cuál iba a ser el futuro de esto. Era un escenario muy optimista, ahora la situación no está del todo cierta porque la cuestión es quién va a quedarse con todo”, explicó Claudia Benassini Félix, académica de la Universidad La Salle.
“Cuando muere la cabeza lo que sucede es que los sucesores y las empresas que están alrededor de los sucesores y la misma empresa comienza la pelea para poder mantenerse dentro de la franquicia, no por un lado y sobre esto pues habría que porque esto realmente”, añadió la académica.
El premio de ganar esta pelea es bastante atractivo. Dragon Ball ha vendido alrededor de 160 millones de mangas en estos 40 años, y por poner un ejemplo de su alcance en el cine, la película Broly tuvo un presupuesto de ocho millones de dólares y recaudó alrededor del mundo 100 millones de dólares.
El mes pasado se estrenó la serie Dragon Ball Daima, que sigue la historia en la que quedó Dragon Ball Super, y el que fue el último trabajo en el que participó el autor original, Akira Toriyama.
“Lo que está en juego son intereses complicados, que se miden en yenes o millones de dólares, y lo que menos importa es cuál va a ser el destino de este imperio de creatividad, sino cómo se van a repartir todo de tal manera que todos salgan beneficiados”, concluyó la académica de La Salle.
Al momento de escribir este artículo seguía la disputa por el mando de Capsule Corporation Tokio, pero lo cierto es que al menos los aficionados seguirán teniendo la última palabra sobre qué va a pasar con el imperio que construyó Toriyama.
El camino de Dragon Ball desde el manga hasta la televisión
Las aventuras de Gokú y compañía vieron la luz en noviembre de 1984 en la revista Shonen Jump de la editorial Shueisha. Con guión y dibujo original de Akira Toriyama, el manga tendría 42 volúmenes que se publicarían hasta junio de 1995.
En un principio, la historia era de aventura con artes marciales y giraba en torno a Gokú, Bulma y sus amigos quienes buscaban reunir las siete esferas del Dragón, ya que de conseguirlo podrían pedir un deseo a Shenlong, el dios Dragón. Conforme avanzó la trama, se tornó más de peleas, aunque sin dejar de lado las aventuras.
Lo que está en juego son intereses complicados, que se miden en yenes o millones de dólaresClaudia Benassini Félix, académica de la Universidad La Salle
El recibimiento al manga fue tan bueno, que dos años después de su primera edición saldría al aire la adaptación animada, aunque a diferencia de su contraparte en viñetas, la serie televisiva se dividiría en dos: Dragon Ball con 153 episodios y Dragon Ball Z, con 291.
Después de eso vendría una continuación: Dragon Ball GT, que no tendría que ver nada con el manga original de Toriyama, la cual sólo duraría 64 episodios.
A lo anterior se debe de sumar una docena de películas y videojuegos que en su momento consolidó a esta serie como una de las más populares, pero que tras unos 15 años parecía que llegaba a su fin.
Las aventuras de Gokú y compañía vieron la luz en noviembre de 1984 en la revista Shonen Jump de la editorial Shueisha
“Los que crecieron con la historieta, con las distintas versiones del anime y luego lo vieron como un videojuego se convirtió en una especie de vocación que dejar a las nuevas generaciones”, comentó Claudia Benassini Félix, académica de la Universidad La Salle.
Fue el mismo Toriyama quien regresó a esta vocación, al regresar para dibujar Dragon Ball Super, secuela directa del manga original. Y como sus lectores aún estaban interesados en las aventuras de Gokú y estaban dispuestos a gastar sus quincenas en su serie favorita es que explota el verdadero negocio.
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